De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, actualmente, 1 de cada 9 personas en el mundo padecen hambre. Sin embargo, la seguridad alimentaria no es solo una cuestión de cantidad, sino también de calidad. Las dietas poco saludables se han convertido ahora en el factor de riesgo principal de enfermedad y muerte en todo el mundo. Una dieta poco saludable es el resultado de varios factores. El primero y más importante, es no contar con los medios económicos para comprar comida, pero aún más grave; la enorme oferta de comida altamente procesada que se puede adquirir a un relativo bajo precio, combinado con el poco tiempo que se le dedica a preparar comida en casa y a destinar un tiempo específico para realizar los tres principales alimentos del día.

Para los expertos en el tema, un verdadero cambio solo se lograría si cambia nuestra manera de producir, suministrar y consumir nuestros alimentos. Es evidente que producir y suministrar alimentos no está en nuestras manos, pero sí el consumirlos. Mejorar el estado nutricio, particularmente de las personas adultas mayores requiere de acciones preventivas y correctivas.

Dado que las personas tienden a comer menos a medida que envejecen, es particularmente importante que se seleccionen muy bien alimentos pequeños con alto contenido de nutrientes. Pero hay otras razones por la que una persona mayor disminuye la cantidad de alimentos que come, y estas pueden ser 

• Dientes y/o encías dañadas
• Sentimiento de tristeza y soledad
• Dificultad para ir a comprar alimentos y prepararlos
• No tener suficiente dinero o el que tienen lo comparten

con otro miembros de la familia

• Nula actividad física, lo cual disminuye de manera importante el apetito

 ¿Qué hacer para ayudar a las personas mayores a comer mejor?

1. Ayudar o enseñarles a preparar comidas fáciles de hacer y comer, usando una variedad de alimentos disponibles localmente, ricos en nutrientes y de bajo costo.
2. Acompañarles a hacer alguna actividad física. Esto aumentará su apetito y les ayudará a mantenerse más saludables y felices, además de prevenir el sobrepeso y la obesidad.
3. Facilitarles el acudir al dentista de manera regular para prevenir o reparar su salud bucal.

Recuerda que es importante dar porciones pequeñas de comida, usando mezclas y sabores de alimentos que estimulen el apetito. Los alimentos blandos son necesarios, especialmente cuando a las personas les faltan dientes o tienen heridas en las encías.

De acuerdo al Centro de Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada, los siguientes son alimentos que deben evitar las personas mayores: 

• Carne o aves crudas o poco cocidas
• Pescado crudo, mariscos parcialmente cocidos (como camarones y cangrejo) y mariscos ahumados refrigerados
• Mariscos crudos (incluidas las ostras, almejas, mejillones y vieiras) y sus jugos
• Leche y productos no pasteurizados (crudos), como yogurt y queso hechos con leche cruda
• Quesos blandos hechos de leche no pasteurizada como: queso feta, brie, camembert, queso fresco, panela, asadero y queso blanco
• Huevos crudos o poco cocidos o alimentos que los contienen, incluidos ciertos aderezos para ensaladas caseras, masa para galletas caseras y rebozados para pasteles y ponche de huevo casero
• Verduras frescas sin lavar, incluidas lechugas/ensaladas
• Jugos de frutas o vegetales sin pasteurizar (estos jugos deben tener una etiqueta de "sin pasteurizar")
• Salchichas, fiambres (embutidos), salchichas fermentadas y secas, y otras carnes frías, productos de aves de corral y pescado ahumado, a menos que se vuelvan a calentar hasta que estén muy calientes
• Patés refrigerados sin pasteurizar o carne para untar
• Brotes crudos (alfalfa, frijol o cualquier otro brote)

Fuentes consultadas:

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura http://www.fao.org/home/es/

FoodSafety.gov es la puerta de entrada a la información sobre seguridad alimentaria proporcionada por agencias gubernamentales.